martes, 13 de enero de 2009

El mercenario gatita melosa


Esta noche no conseguía dormir.


Siempre en la cabeza y en mi boca las palabra "gatta melata"...


Después llegó el condottiero...


Y mi Italo Calvino con su Vizconde Demediado...


Porque si no... ¿cómo explicar que al sangriento mercenario al servicio de Venecia il Signore Erasmo de Narni (1370 - 1443) le conocieran como "gata melosa"?

Decía su biógrafo Giovanni Eroli que por la dulzura de sus modos (...) unido a su hablar cortés, dulce y suave".


Aunque también pudo ser por el apellido de su madre, Melania Gattelli...


Su escultura ecuestre (realizada por Donatello), que hace las veces también de cámara mortuoria, se erige en la Plaza de la Basílica de San Antonio en Padova.


Tal vez fue el recuerdo de nuestra breve estancia en Padova y su noche también en vela en un frío otoño hace más de siete años... rodeados de variopintos personajes del teatro de Beckett, Pirandello y Mamet. Una pesadilla verídica que hoy volvió inconscientemente...


7 comentarios:

  1. Si me lo permite, quisiera saber cómo es posible que estando en 1327 como estamos, pueda usted referirse a épocas futuras. Si se trata de iluminación divina, cosa que habrá que determinar, tiene usted mi más sincera enhorabuena. Claro que de no ser así, será usted encontrada culpable de hechicería y recaerá sobre sus hombros el Martillo de Dios.

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  2. Bossito, ya sé que te refieres a los bigotudos... Gracias.
    Bernardo Gui: poca iluminación divina la mía... qué más bruja me considero, con mi escoba de madera junto a la puerta de casa por si en cualquier momento tengo que salir volando con mi gatuna cucufata.
    Encantada de que recaiga sobre mis hombros el martillo divino, que buenas contracturas tengo y seguro ese dolor que las aplasta, acaba resultándome placentero.
    Marta: mil gracias. Mándame foto de tu Chuche y así sacamos al bufoncete.

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  3. Inquisidor, obvie la tilde en el "qué" tras los segundos puntos suspensivos, que miedo me da...

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  4. Ay... Témome que andáis vagando por la escura senda, por el camino errado, directa al octavo círculo del Infierno. Pero no tengáis miedo, no os preocupéis. Vuestra alma aún puede salvarse y viajar al cielo. Un auto de Fe aún puede serviros de ayuda.
    En cuanto ponga fin a la limpieza de aqueste convento benedictino en que me encuentro, acudiré a vuestro hogar y os someteré a tortura bajo el brazo secular de la Iglesia. Tras ser quemada viva, vuestra alma se verá libre y, con suerte, se reconciliará con su Creador. Tened esperanza, hija mía, que no todo está perdido para vos.

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